A mis primeros alumnos les conté que había escrito 30.000 páginas de periódico; más tarde, maticé que quizá fueran 25.000. No lo sé. En 32 años largos de periodismo diario, primero con las Olivetti verdes y más tarde con teclados informáticos varios, se redacta mucho; es imposible precisarlo: desde crónicas sangrientas hasta números extraordinarios para loar las cosas más inverosímiles (quién paga, manda). Y un día se acaba. El mundo periodístico español actual... mejor dejarlo correr.
Don José Miguel López-Discópolis /Twitter |
También hay quién hace radio y llega a los 11.111 programas. Comentaba el otro día Don José Miguel López (Discópolis, RNE-Radio 3) el segundo disco que compró en 1969, y yo me acuerdo del primer LP que adquirí: “Sopa de cabeza de cabra”, de los Rolling, en la Navidad de 1973... y me costó 293 pesetas, en una promoción de la feria juvenil de Barcelona. Creo recordar que en aquella época la paga semanal era de un duro o dos como máximo, lo que evidencia las dificultades que teníamos para adquirir música. Por cierto, fue una rareza porque enseguida me pasé a Pink Floyd y los Stones no me han vuelto a hacer tilín hasta muy recientemente.
De Discópolis me gustan hasta los
programas que no me gustan, porque música hay de muchas clases, no todos
bailamos al mismo ritmo y hay que reflejar la pluralidad del mundo de las
canciones, las sinfonías y demás. ¡Qué bonito sería si también se viviese la
pluralidad en toda la sociedad!Cupón ONCE
Y en esta pincelada, me gustaría
recordar dos afirmaciones del presentador que me han interesado particularmente.
La primera, de un programa de
cantautores: “Aquí nos ocupamos de Lluís Llach, el músico”, en
referencia a que la actividad política de este cantante es otro cantar,
mientras instantes después recuperaba la figura del alcoyano Ovidi Montllor,
cuya música, en mi opinión, ha resistido muy, muy bien los cinco lustros transcurridos
desde su desaparición.
La segunda, de un “Tesoro”
dedicado a Mari Trini en enero: “Porque a nosotros, los rockeros y
progresivos, Mari Trini nos gustaba”. Entendí muchas cosas con esta afirmación,
por ejemplo que la música de la cantautora caravaqueña llegaba muy hondo,
aunque luego te pasaras el día con Rick Wakeman, Alan Parsons o Camel,
como era mi caso.
En estos tiempos de desesperanza,
de dificultad supina, merecen nuestro reconocimiento quienes nos ayudan con el
día a día, con el esfuerzo de ofrecer programas dignos e interesantes, como
ocurre con Don José Miguel López y Discópolis. La ONCE, en consequencia,
merece nuestro aplauso por dedicar el cupón del día 7 de noviembre al programa.
Sólo deseo dos cosas: que Discópolis perviva... y que nos toque el cuponazo. ¡Claro!
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